26.10.08

MÚSICA, BIOMÚSICA y EMBARAZO

Hoy en día -y paralelamente a otras- transitamos una realidad que se hace escuchar mas y mas: la de los padres con otra conciencia acerca del proceso del embarazo y la familia, padres que buscan... y encuentran.
Obviamente no marca la realidad de una época, pero acompaña cambios actitudinales que se reflejan en el presente.
Ezio Magliano -musicoterapeuta especialista en Embarazo y Postparto, y en Aplicación de la música en enfermedades depresivas crónicas- nos comparte a partir de hoy estas notas que van a abrirnos puertas interesantes a aplicar mas allá de los 9 meses de gestación. Desde ya, muchas gracias y Bienvenido!


LA MÚSICA Y LA MUJER
por Ezio Magliano

“... todo es sonido, nada mas que sonido. Los astros, los planetas y sus contenidos son sonidos. Los elementos son partes del sonido, como todo aquello que producen, desde los mas simples a los mas complejos: el mundo vegetal, el mundo animal. El SER HUMANO es sonido, aunque no lo sepa o lo haya olvidado”. Alfred Tomatis

Partiremos de esta espléndida, real e importante afirmaciòn de un personaje “histórico” en el campo de los estudios de las relaciones entre la música y el ser humano, para iniciar este nuevo trabajo de reflexión sobre la importancia de la musica en la vida humana.

1. EL SONIDO

Desde el primer momento, el embrión comienza a sumergirse en un universo sonoro que lo acompañará durante los nueve meses de embarazo. Empieza así un masaje sonoro que lo ayudará a crecer. La primera tentativa de 'escucha' que realiza el embrión a pocas semanas de vida no es sino una "caricia vibratoria."
En el cuerpo de la madre se propagan tantas sonoridades que crean un real concierto rítmico, envolvente y vital. Ante todo, el latido cardíaco que "mece" al embrión con su presencia constante y tranquilizadora; luego el flujo sanguíneo, el sonido de la respiración y los movimientos diafragmáticos, los burbujeos intestinales, el ruido de las articulaciones y el vaciado del estómago, son todos manantiales sonoros que constituyen un estímulo para el bebino.
Y luego la voz materna que llega al embrión del interior mismo del cuerpo, primer gran generador de la relación mamá - bebino. No es extraño, por lo tanto, que el sonido tenga un efecto tan estimulante sobre el desarrollo del embrión y su sistema nervioso.
Al sexto mes de embarazo, el feto realmente está capaz de oír los sonidos, pero no todas las frecuencias llegan a su oreja. El líquido amniótico actúa de filtro que transmite solamente determinadas frecuencias procedentes del exterior. Entre los sonidos audibles para el feto están aquellos muy graves y algunos sonidos agudos. Los sonidos demasiado fuertes no son agradecidos por el niño en el útero. Hay testimonios de madres que han tenido que alejarse de fuentes sonoras muy fuertes, obligadas por las “protestas” de sus bebinos.
El momento en que la madre empieza a advertir los movimientos del niño marca un gran cambio en su relación. Ella le empieza a hablar en una forma más profunda y directa. Y el sonido que le llega es sin dudas, más intenso.

Próximo: El Mundo Sonoro de la Mamá.

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