17.11.08

LA VIA DEL PRESENTE

EL CUERPO ESPIRITUAL
por Daniel Scian

Hasta aquí hablamos de cuerpo físico, mental y emocional.Y todo lo que se llama espiritual queda todavía separado como antes lo estaba “lo mental”. El concepto correcto acerca de la realidad tiene que ser el de Unidad. Toda dualidad es un problema que intentan resolver desde su comienzo tanto el pensamiento científico como el filosófico. Por lo tanto, todo eso que entra en la idea de lo espiritual tiene, forzosamente, que estar aquí, en este mundo. O sea, tiene que tener un cuerpo.


Esto puede sonar poco misterioso, solemne o algo así, pero es seguro que permite volver concreto, accesible, real, al espíritu. Al fin y al cabo, espiritual quiere decir perteneciente a otras dimensiones, fuera de las cuatro conocidas.

Tarde o temprano llegaremos a incluir el espíritu en el mundo concreto, como fuimos integrando los niveles anteriores. Sucesivas revoluciones del pensamiento fueron sacándonos del puesto ingenuamente central del universo en el cual nos creíamos ubicados y, por ese camino entenderemos nuestra verdadera importancia como parte de un diseño mayor.

Por ahora persiste el divorcio entre ciencia oficial y espiritualidad, y la ciencia es la que mantiene el juicio hostil mientras que los que encarnan la espiritualidad oficial vuelan en nubes de ignorancia que vuelven justa dicha hostilidad.

El pensamiento “moderno” interpreta el hecho de que todas las culturas, civilizaciones, tribus, razas y generaciones humanas hayan tenido un lugar para lo espiritual, como el aspecto infantil o primitivo del hombre. Esta idea se encadena con su consecuencia: a fuerza de razón superaremos esas puerilidades y llegaremos a la verdad última del mundo que, por supuesto, tiene que ser lógica.

… Eso es un magnifico pensamiento infantil, además ignorante de ciertos datos que hoy llevan a cambiar las bases de la ciencia y la filosofía.

Quiero decir, desde que la investigación de cerebros escindidos (cerebros en los que se dividió la función de ambos hemisferios por medios quirúrgicos) reveló que lo que llamamos lógica radica en el hemisferio izquierdo, nos vemos obligados a aceptar que la lógica es solo la mitad del mundo real. Estamos hechos de un modo ajustado a la realidad, nuestro cuerpo no es una hipótesis, un diseño experimental que puede fallar, sino el resultado de experimentos exitosos de millones de años. Por lo tanto, si este cuerpo atribuye a lo lógico la mitad de su control… debe ser porque la otra mitad del mundo no es lógica, y esto no equivale a ilógica o contra la lógica, sino que se refiere a otros modos de ser de las cosas que van mas allá de la lógica, integrándose de algún modo con ella.

En la física, el desarrollo de la mecánica cuántica mostró este problema: la coexistencia de leyes y principios diferentes y, en apariencia, hasta contradictorios, en forma armónica, en un equilibrio sustentado por algo aún desconocido.

La idea de mas dimensiones, de otras dimensiones aparte de las espaciales de largo, ancho, alto y el tiempo, ya no es un antojo de la fantasía sino una necesidad de la lógica para reubicarse en el mundo verdadero fuera de su lugar ingenuo mantenido por siglos, lugar que no puede disputarle a la espiritualidad sin que ambas pierdan, porque si el mundo fuera solamente lógico o solamente espiritual, ¿de dónde, para qué y por qué surge y persiste el otro modo? Basta con que aparezca la idea de uno o de otro modo para que los dos tengan que tener un fundamento o excluirse mutuamente sin éxito.

Y, como vamos viendo, hoy tenemos elementos para entender esta dualidad como producto de nuestros mismos instrumentos de percepción y de pensamiento. Como pensaba Kant, espacio y tiempo son solo categorías dependientes de nuestra estructura como seres y no necesariamente existentes del mismo modo en el mundo.

La manera en que entendemos las cosas depende de los instrumentos que usemos para conocerlas. Un rayo nos aparece como una imagen, un sonido o una descarga eléctrica, etc. El rayo es todo eso, pero para quien lo ve de lejos es solo imagen y para quien le cae un rayo encima es muchísimo mas que todo eso. Si seguimos sumando, vista, oído, olfato, razón, intuición, etc., etc., nos da como resultado: todo lo que el hombre es como instrumento de conocimiento.

Ahora, si ponemos al hombre en el lugar que le atribuye la lógica lo veremos como un bichito insignificante en la vastedad de las galaxias. Pero algo nos dice -tanto desde la lógica como desde lo espiritual- que no somos tan insignificantes, y la solución de este aparente dilema esta en agregar más dimensiones y comprender que tenemos dos tipos de mente coexistiendo.

Una es la mente racional, que nos permite pensar y obrar en los modos habituales, y otra es aquella que se manifiesta solo en ocasiones y que nos hace sentir que ya conocemos al mundo como totalidad. La primera es la mente menor y la segunda es la mente mayor.

La mente mayor es la que está conectada al universo, al todo.

No hay comentarios: