10.11.08

LA VIA DEL PRESENTE

LOS CUERPOS
por Daniel Scian

Un cuerpo es algo que se hace presente y manifiesto en estas dimensiones que conocemos y experimentamos.
Todas mis ideas sobre el mundo existen por mi cuerpo y en mi cuerpo.
La comprobación dramática de esto es el dolor.
Un dolor de muelas (elocuente como pocos) es capaz de borrar nubes enteras de pensamientos, especulaciones y teorías. Lo que existe en el mundo tiene un cuerpo.
Ahora bien, es posible que existan cosas que no percibimos ni conocemos, por nuestras limitaciones perceptivas, y que, por lo tanto, tienen un cuerpo desconocido o desapercibido para nosotros. Yo se que en el aire hay agua pero no la veo. En determinadas condiciones climáticas el agua toma la forma, visible para mí, de niebla, toma cuerpo.
Del mismo modo, todos mis pensamientos y mis emociones existen, lo se, pero se manifiestan como fantasmas, cuando ellos quieren, como ellos quieren, con sus condiciones y reglas. Pero yo se que tienen un cuerpo aunque no lo perciba, y si trato de darles una manifestación a través del cuerpo que conozco podré “manejarlos” como a el; “mover” pensamientos y emociones como brazos y piernas.
Cuando alguien dice “estoy enamorado” y pone su mano en el centro del pecho, nos resulta natural esa señal corporal. Si la mano fuera al hígado o a la cabeza nos daría risa o creeríamos que hay un error en la escena. Puesto que reconocemos que las emociones, los sentimientos, tienen asiento en esa parte del cuerpo, el pecho, del mismo modo que los pensamientos en la cabeza, y por eso es coherente rascarse la cabeza mientras se intenta resolver un problema o una cuestión de razonamiento.
El lenguaje corporal nos presta instrumentos de manifestación para percibir eso que pensamos que no tiene cuerpo. Pero, ¿y si lo tuviera?, ¿y si hubiera un cuerpo emocional, un cuerpo mental?


Para poder imaginar esto pensemos en la idea de sistemas o aparatos que emplea la anatomía y la fisiología. Tenemos un aparato digestivo, un sistema nervioso… De este modo pensó Freud al hablar de un “aparato psíquico”, pero se quedo corto por sus limitaciones ideológicas ligadas a los limites del pensamiento de la época. Es decir, amontono todo lo que no es físico y lo llamo así. Basta hilar un poco mas fino para concebir estos “nuevos” cuerpos, cada uno con sus propios órganos, sistemas y aparatos.
Hay en Oriente –en la India, en el Tibet, en la China- una larga tradición de trabajo sobre esos cuerpos, como gimnasias, masajes y todo lo que conocemos para abordar el cuerpo físico, pero para esos otros.
En Occidente también tenemos procedimientos parecidos pero no hay una tradición fuerte de elaborar conceptos alrededor de los mismos. Cuando se trata de la meditación, que encuentra su territorio en lo religioso solamente, toda consideración acerca de ella es meramente intelectual, es interpretación y nada más. No es fácil encontrar técnicas desarrolladas como un trabajo con un cuerpo. La hipótesis de los cuerpos reordena todo lo que sabemos en un modo práctico y sumamente efectivo para operar sobre los pensamientos y las emociones.
Pensar y solo pensar puede, en el mejor de los casos, hacer surgir alguna emoción, pero difícilmente permita actuar con eficacia sobre las circunstancias de nuestro mundo interno.
La imaginación, cuando funciona dirigida por intenciones precisas y en condiciones ordenadas y correctas, es decir, de un modo conciente y voluntario, puede ser un instrumento maravilloso y simple puesto que recupera su lugar natural, el de herramienta para manifestar lo no conocido o no percibido. Pero esto es tema de un próximo capitulo.


Pinturas de DALI


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