7.5.08

DIDGERIDOO - La Serpiente Arcoiris

No es el Instrumento,
no es el Hombre que está aquí.
Es la relación
que se establece entre ellos,
la Unión entre sus espíritus y sus cuerpos,
lo que permite nacer
el Sonido.

El didgeridoo es un instrumento típico de los nativos del norte de Australia, cuyo origen se remonta, según leyendas de esta ancestral cultura, al tiempo de los sueños o dreamtime.
Originalmente es un tronco o una rama de eucalipto vaciada longitudinalmente y de forma natural por las termitas. Éstas devoran la parte interior del tronco, convirtiéndolo en un potente amplificador de sonido.

El didgeridoo produce un tono fundamental bajo y una gran variedad de armónicos, en un sonido a menudo muy similar al acorde de voz de los monjes tibetanos.
Es fácil de tocar, no requiere experiencia musical previa de ningún tipo y a medida que se va tomando conciencia de la importancia de la respiración para ejecutarlo apropiadamente, vamos encontrando infinitas posibilidades dentro de El. Entre ellas la respiración circular, la cual permite que el sonido no se corte cuando inhalamos.

Su sonido es hipnótico y puede ser muy relajante o muy rítmico. Su vibración transmite la energía de la Tierra y la conexión con la Naturaleza.
Al didgeridoo se le conoce como la serpiente del arco iris: el puente entre la tierra y el cielo y por medio de su sonido se une la conciencia con las leyes invisibles y la energía de la Naturaleza.

Existen muchas clases y variedades, pero la mayoría vienen del norte de Australia. El término didgeridoo no es de procedencia aborigen, es el que le dieron los europeos en sus primeras visitas a la isla. En las decenas de dialectos aborígenes se tiene una palabra distinta para designar a este instrumento, como por ejemplo yidaki, ginjungarg, eboro, djalupu, maluk, etc. La denominación más comúnmente utilizada por los aborígenes es yidaki, que significa "instrumento de conexión espiritual". Se supone que tiene unos 20.000 años de existencia, de acuerdo con la datación de algunas pinturas rupestres en las que aparece el instrumento, aunque los propios aborígenes le dan una antigüedad de hasta 40.000 años.

Leyenda

Uno de los mitos de creación más extendidos y conocidos entre los aborígenes australianos es el de la «Madre Serpiente», también llamada «Serpiente Arco Iris».
Esta divinidad ancestral es la personificación de la fertilidad, la diosa de la lluvia y tiene poderes para dar vida. Según cuenta la leyenda, al principio la Tierra era un espacio vacío y llano, en cuyo interior descansaba la «Gran Madre Serpiente» que permaneció en un profundo sueño durante muchísimo tiempo.
Repentinamente se despertó y reptó por el interior de la Tierra hasta llegar a la desierta superficie. Comenzó a recorrer la Tierra y, a medida que avanzaba, tal era su poder, que provocó una gran lluvia, formándose lagos, ríos y pozos de agua.
Cada sitio que visitó lo nutrió con la leche de sus pechos rebosantes, haciéndolo fértil y una frondosa vegetación creció en la Tierra antes yerma. Grandes árboles con frutos de muchos colores y formas brotaron de la tierra. La diosa introdujo su nariz en el suelo, levantando cadenas montañosas y abriendo profundos valles, mientras que otras partes las dejó lisas y desiertas.

La "Madre Serpiente" regresó entonces a la Tierra y despertó a los animales, a los reptiles y a los pájaros que poblaron por primera vez la Tierra, y finalmente creó a los peces. Por último -según cuenta la leyenda-, la diosa extrajo de las entrañas de la propia Tierra a la útima de las criaturas: el ser humano.

De la "Madre Serpiente" los seres humanos aprendieron a vivir en paz y armonía con todas las crituras de la creación, y la diosa les enseñó la vida tribal, a compartir y tomar de la Tierra solamente aquellos bienes que necesitasen, respetando y honrando a la Naturaleza.
El ser humano entendió que su papel era el de "guardián" y protector de ese equilibrio y que debía transmitir este conocimiento de generación en generación.
Antes de desaparecer, la "Madre Serpiente" advirtió que si el hombre abusaba y mataba por placer o por gula, encontraría al culpable y le castigaría...

Características

En sus orígenes, el didgeridoo fue creado a partir de troncos secos de árboles -principalmente de eucaliptos- cuyo interior había sido roído por la acción de las termitas. Queda asi un tubo largo que se hace sonar vibrando los labios en uno de los extremos. Esta vibración -al ser ampliada por las paredes del tubo- genera su fantástico sonido. Es posible modular la vibración obtenida, moviendo los labios y la lengua, o sumando a la vibración sonidos difónicos.

Un didgeridoo, usualmente, mide entre 6 y 12 cm de diámetro, y su largo puede variar desde aproximadamente 50 centímetros hasta dos metros o más. El largo del instrumento determina la gravedad de su sonido. Algunos presentan un ensanchamiento en su boca inferior, semejante a una trompeta. Muchas veces, la boca superior, por la cual se sopla, presenta una cubierta de cera de abejas, para prevenir la irritación de los labios a causa del roce.

Una de sus particularidades es que se puede tocar durante un tiempo ilimitado mediante una técnica denominada respiración circular, que consiste en mantener continuamente una cierta presión de aire en la boca, inhalando aire por las fosas nasales.

Propiedades terapéuticas

Ya en tiempos remotos los aborígenes hacían uso de las propiedades del digeridoo, como símbolo cultural e identificativo de su procedencia, para ritualizar en distintos contextos las bases de su existencia. Se ha usado ancestralmente como objeto ritual y de mimetización teatral con el entorno, como acompañamiento de la voz y también como instrumento solista. Dentro de los clanes aborígenes, y todavía hoy en día, denota distinción en el rango o casta de las capacidades del músico que lo toca. Generación tras generación es transmitido un sistema propio de ser tocado por los clanes en cuya procedencia tiene sus orígenes el didgeridoo, en el noreste de la Tierra de Arnhem (Territorio del Norte, Australia). Estos remiten físicamente el sonido, de padres a hijos, de maestro a alumno, con tal de transmitir el conocimiento en las complejas técnicas utilizadas para tocarlo.

Las connotaciones arcaicas y el sonido característico del didgeridoo lo convierten en un instrumento óptimo para la musicoterapia, tanto para el que toca –que puede utilizarlo como instrumento para guiar sus meditaciones, al tener que observar constantemente el sistema respiratorio–, como para el que escucha. Podemos inducir a estados de relajación profunda, al mismo tiempo que guiamos el viaje y sus dinámicas, a través del ritmo y la respiración. Aparte de las cualidades terapéutico-psicológicas, también podemos utilizar el sonido para masajear el cuerpo de un paciente a nivel físico y energético, desbloqueando tensiones musculares, contribuyendo positivamente a la reparación de fracturas óseas y aumentando el nivel de entropía en el cuerpo.

Fuentes: Pulso Sagrado - Wikipedia - Rainbow Serpent




2 comentarios:

Andrea Larraburo dijo...

Bea, muy bueno el Blog.
donde puedo conseguir un cd. con la musica de este instrumento???tenes? o alguna recomendacion de contacto???Besos gracias Andrea

EL CAMINO AROMÁTICO dijo...

Tengo CDs, te los paso.
Y gracias!